Mis queridas entidades financieras. Váis a salir más en mi blog que en la portada del Hola. Porque nunca dejáis de sorprendernos con vuestra ‘ingeniería financiera’ para sacarnos el dinero de todas las formas inimaginables posibles. Eso sí, luego en la publicidad os vendéis como los ‘buenos de la película’. Vamos que la madre Teresa de Calcuta a vuestro lado era una simple aficionada. Pero a lo que vamos.
¿Por qué IKEA’s financieros? Muy sencillo. Las nuevas tecnologías, aunque ya no son tan nuevas, han proporcionado a las empresas, y en especial a los bancos, herramientas para dar un servicio menos ‘humano’ y más digital a sus clientes. Resulta, cuando menos divertido, ver los cabreos, principalmente de las personas mayores, cuando les dicen que utilicen el cajero o ‘esa maquinita’, como dicen algunos clientes, para actualizar su cartilla, para sacar dinero, para consultar un extracto, para pagar algún impuesto de su casa o de su coche, etc.
¿Eso es malo? Para muchos sí -y no solo clientes-. Si no, dígaselo a los miles de empleados que han prejubilidado o simplemente han despedido con el cierre masivo de oficinas. Consecuencia: cada vez hay menos oficinas donde poder realizar algún tipo de gestión que no se puede hacer de forma ‘digital’.
Pero no se vayan, que aún hay. Bajan los servicios presenciales que se prestan pero suben las comisiones y todo tipo de cargos que se inventan para ganar más. Te hacen lo que yo he dado en llamar un IKEA financiero. Tú, te lo montas todo pero nosotros te cobramos. ¿Por qué? Porque les damos mucho trabajo a nuestro pobres bancos. Les dejamos nuestro dinero para que ‘jueguen’ con él y ‘encima de puta ponemos la cama’. Algo así vendría a ser.
Veamos algunos detallitos. Ellos obtienen el dinero del Banco Central Europeo a un interés negativo. SÍ, HA LEIDO BIEN, a un INTERÉS NEGATIVO. Eso del capital tiene un precio ha saltado por los aires. Pero nosotros como clientes, ¿a cuánto nos cobran ese dinero si pides un préstamos personal o una hipoteca? Ya no te cuento si aplazas el pago hecho con una tarjeta de crédito. Ya tienes una práctica de ‘presunta’ usura, como así han demostrado varias sentencias judiciales. Pero no solo eso, juegan con miles de millones de pagos de impuestos, de seguros sociales, de planes de pensiones y de muchos otros cobros que con solamente unos días que ‘jueguen con ellos’, utilizando las famosas ‘fechas de valor’, le sacan una jugosa rentabilidad. Nosotros pagamos o ingresamos el día X pero ellos no tienen que hacerlo hasta el día Y. Y en esos días, a seguir generando beneficios.
Entonces, ¿por qué nos fríen a comisiones y otros cargos? Por el insacaible y voraz apetito de dinero de los bancos. Hay que tener contentos a los accionistas y a… mejor me lo callo. Pero todos sabemos a quién hay que tener contentos. Mientras tanto, como he comentado al principio, nos ‘venden’ en la publicidad lo buenos que son. He llegado a pensar que estas entidades financieras ‘tan buenas’ son muchos mejores que la Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, Amnistía Internacional, Save the Children, Unicef, Aldeas Infantiles… y todas las ONG’s juntas. Ahora, cuando veo mi extracto bancario, por el ordenador claro, agarro unas lloreras que no veas. ¡Cómo pueden ser tan buenos! ¡Cómo puedo ser tan malo para juzgarlos así!
Qué poco valoramos la calidez con la el cajero nos pide nuestro PIN. Qué poco valoramos todo lo que bancos hacen por nosotros, como mandarnos a la otra punta de la ciudad para poder encontrar una oficina si tienes un problema con tu tarjeta y no puedes acceder al cajero. Y en la situación actual, ni te cuento la SOLIDARIDAD y COMPRENSIÓN que tienen con el ciudadano, cerrando de forma temporal aún más oficinas por la seguridad de sus empleados. ¡Qué seguridad! Gente que trabaja, en la mayoría de los casos, detrás de un cristal y a una distancia más que social. ¡VENGA YA! ¡Por favor! Qué no somos tontos. Dejen de tomarnos el pelo. Den un paseo por la calle y vean esas colas de personas mayores -o no tan mayores- a temperaturas bajo cero o sofocantes -depende la estación- haciendo una cola que da la vuelta a la manzana -puede haber bien a gusto veintitantas personas-. Creo que quieren hacer la competencia a doña Manolita, aunque estos no reparten premios, pero si cobran ‘pedreas’ en forma de comisiones y otros variados conceptos. Hay qu esperar en la calle, porque el banco o la caja ha cerrado muchas de sus oficinas ‘por su bien’, no por el nuestro. ¡DÉJEN DE MENTIRNOS! como lo hacen con casi todo lo que nos ‘venden’. O es que los empleados de los supermercados, los panaderos, los carniceros, los fruteros, los pescaderos… no necesitan seguridad. Son las tácticas PRESUNTAMENTE falaces que siempre han utilizado y que tan buen resultado les ha dado y les sigue dando. Aunque luego les condenen algunas sentencias judiciales, el beneficio ya lo tienen en la saca. Luego una buena campaña para lavar su imagen y ya están de nuevo haciendo de las suyas. O dicho de otra manera, volviendo a las andadas.
Resumiendo. Cada día tienen menos costes de personal, de oficinas, de mantenimiento… porque lo digital no es tan caro como nos lo quieren vender. Cada vez es más caro tener una cuenta -que necesitamos sí o sí- cobrando a diestro y siniestro por todo tipo de conceptos. Da lo mismo que seas un jubilado o un currante al que le cuesta llegar a final de mes. ¡Bah! total que son 120 – 150 euros, más o menos de media, lo que te pueden cobrar al año. Este importe multiplicado por unos cuantos cientos de miles de clientes, calculen. Además, cuentan con todo nuestro apoyo si un día tienen problemas. Aquí estamos los ciudadanos de a pie, para darles unos cuantos miles de millones, si hace falta, de los impuestos de todos. Y con un poco de suerte, a lo mejor NOS LOS DEVUELVEN. Eso sí, sin darnos ni tan siquiera las gracias.
Dicen que quien tiene un amigo tiene un tesoro, reza el dicho. Quien trabaja con una entidad financiera, también uno. Pero, tiene un amigo gorrón que siempre está esperando a que lo ‘pagues’ tú todo.